REPORTES SEMANALES

INFORME MACRO W25

Written by SNNI | Jun 21, 2025 1:36:37 PM

 

Contexto Global y Geopolítico Actual 🌐

La coyuntura internacional muestra una desaceleración generalizada del crecimiento en 2025, registrando el ritmo más lento desde la pandemia. Estados Unidos, tras un sólido 2024, enfrenta ahora una moderación en la demanda interna, mientras que Europa apenas esquiva la recesión con crecimiento cercano a cero. China intenta mantener su objetivo (~5% anual) pero lidia con exportaciones débiles y problemas en el sector inmobiliario. En conjunto, el ciclo macro global transita hacia una fase tardía: la mayoría de economías desarrolladas experimentan crecimiento modesto y por debajo de tendencia, con cierta divergencia regional.

En el frente inflacionario, la tendencia principal ha sido de alivio en las presiones de precios respecto a los picos post-pandemia. La inflación general ha bajado notablemente en EE.UU. y Europa respecto a 2022-23, y la subyacente se modera gradualmente (aunque sigue algo por encima de las metas en Occidente). Sin embargo, surgen nuevos focos de presión: los precios del crudo repuntaron ~10% en junio debido a tensiones geopolíticas en Oriente Medio (riesgo de disrupciones de oferta), lo que podría alimentar de nuevo la inflación energética. Asimismo, las disputas comerciales y arancelarias están agregando costes: la nueva administración en Washington ha impuesto aranceles amplios (“tariff blitz” global) que elevan precios de insumos en Norteamérica. De hecho, se espera un repunte transitorio de la inflación estadounidense hacia el verano, provocado por estos aranceles y la energía, en contraste con la tendencia desinflacionaria en la eurozona (donde el IPC podría caer por debajo del 2% en el transcurso de 2025).

El panorama geopolítico incrementa la incertidumbre sistémica. La prolongada guerra en Ucrania continúa tensionando la seguridad energética europea y las alianzas globales. En paralelo, Oriente Medio vive focos de inestabilidad que han elevado la prima de riesgo del petróleo (por ejemplo, renovadas fricciones entre potencias regionales). Destaca también la creciente rivalidad entre EE.UU. y China: además de la guerra comercial reavivada (aranceles estadounidenses pausados en abril podrían reactivarse en julio, salvo acuerdo), persisten tensiones tecnológicas y sobre Taiwán. Este entorno de fragmentación geoeconómica mina la confianza empresarial internacional (reflejado en encuestas PMI aún cautas) y amenaza las cadenas de suministro.

En cuanto al ciclo macro-financiero, los bancos centrales se encuentran en un punto de inflexión. Tras el endurecimiento sincronizado más agresivo en décadas (2022-2023), varias economías iniciaron ya un giro hacia políticas más expansivas en 2024-25 ante la caída de la inflación y el enfriamiento económico. Bancos centrales de países sensibles al comercio (Canadá, Nueva Zelanda, Australia, etc.) han comenzado a recortar tasas para contrarrestar los nuevos shocks arancelarios y sostener la demanda. En cambio, los grandes bloques mantienen una postura prudente: la Reserva Federal de EE.UU. ha frenado sus alzas (tipo de fondos en 4,25-4,50%) pero sigue atenta a la inflación doméstica –no descarta recortes a futuro, mas su mensaje es “data-dependiente” y podría prolongar niveles restrictivos hasta ver una convergencia clara al 2%. En la eurozona, el BCE alcanzó el techo de tipos a fines de 2024; con una inflación tendente a la baja (se proyecta ~2,1% en 2025) y crecimiento anémico (~1%), adopta ya un sesgo más dovish: se discuten posibles recortes a finales de 2025, especialmente si la inflación sub-2% se consolida. El Banco de Inglaterra aún enfrenta la inflación más alta del G7 (~3-4% interanual) y mantiene un tono firme (hawkish), priorizando su descenso aunque al costo de un crecimiento prácticamente nulo en el Reino Unido. Por su parte, el Banco de Japón ha iniciado una lenta salida de su estímulo extremo: tras décadas ultra-acomodaticias, la inflación japonesa (~2% subyacente) supera objetivo, por lo que el BoJ ha ajustado al alza rendimientos y coquetea con terminar los tipos negativos –un cambio histórico pero aún gradual y cauteloso.

Estos factores configuran riesgos sistémicos importantes. La combinación de shock comercial (aranceles) + shock petrolero eleva el riesgo de “stagflation light” (más inflación con menos crecimiento) a nivel global. Asimismo, el endurecimiento monetario previo podría revelar vulnerabilidades financieras latentes: altos niveles de deuda soberana y corporativa, especialmente en economías emergentes y sectores apalancados, hacen al sistema financiero sensible a tensiones de liquidez. Si bien por ahora los mercados se mantienen estables, episodios como la turbulencia bancaria de 2023 en EE.UU./Europa recuerdan la fragilidad bajo tipos elevados. En suma, el clima es de cautela: los inversores privilegian activos refugio (dólar, franco suizo, oro) y los bancos centrales caminan una delgada línea entre enfriar la inflación residual y no descarrilar al mundo hacia una recesión. La atención esta semana estará puesta en los indicadores clave y mensajes de política que puedan delinear si el segundo semestre traerá un aterrizaje suave de la economía global o mayores sobresaltos.

Análisis por Divisa ✨💱

🇺🇸 Dólar estadounidense (USD)

  • Política monetaria: Sesgo neutral a ligeramente restrictivo (hawkish suave). La Fed mantiene los tipos en máximos de ciclo (4,25%-4,50% FFR) tras pausar subidas en junio, valorando que las condiciones financieras ya son contractivas. No se precipita a recortar –Powell enfatiza que la decisión dependerá de los datos– pero deja la puerta abierta a bajadas a finales de año si la inflación y el crecimiento se debilitan lo suficiente. En resumen, la Fed sigue vigilante: firme contra la inflación, pero preparada para flexibilizar si las perspectivas empeoran.
  • Política fiscal: Expansiva. La administración de EE.UU. impulsa una política fiscal pro-cíclica: nuevos recortes impositivos y aumentos de gasto en defensa e infraestructura están elevando el déficit. Estas medidas buscan apuntalar la economía (y de cara a año electoral 2026), aunque añaden presión a la deuda pública y potencialmente a la inflación subyacente. El amplio estímulo fiscal contrasta con la política monetaria restrictiva, suavizando por ahora el impacto de los altos tipos en la actividad.
  • Condiciones macro: Crecimiento moderado pero en desaceleración. El PIB de EE.UU. creció de forma sólida en el Q1 (~2% t/t anualizado), apoyado en consumo resiliente y mercado laboral robusto (desempleo aún bajo ~4%). Sin embargo, se observan señales de enfriamiento: la inversión empresarial se ha suavizado y la confianza del consumidor retrocede ante el encarecimiento del crédito. La inflación general (~2,3% a/a) se ha acercado mucho al objetivo, pero la subyacente (~2,6%) permanece algo elevada y podría repuntar ligeramente en el corto plazo por el shock aranceles + petróleo. Aun así, la trayectoria anual sigue siendo a la baja respecto a 2024. En síntesis, EE.UU. muestra fuerza relativa entre las economías desarrolladas (evitando por ahora la recesión), aunque con desequilibrios: fuerte mercado laboral vs. inflación sticky.
  • Expectativa semanal: Alcista 📈. Se anticipa un tono positivo para el USD esta semana. El dólar tiende a beneficiarse en entornos de incertidumbre global (demanda de refugio) y ahora cuenta con el diferencial de tipos a favor (la Fed aún no afloja mientras otros bancos centrales recortan). Los riesgos geopolíticos y cualquier sorpresa hawkish en el discurso de Powell podrían reforzar al billete verde. Así, el sesgo semanal para el dólar es de ligera apreciación frente a la mayoría de divisas principales.
  • Eventos clave (23-28 jun): El testimonio semestral de Jerome Powell ante el Congreso (🇺🇸🗓️ martes 24 y miércoles 25) acapara la atención –sus comentarios sobre inflación, crecimiento y timing de eventuales recortes de tasas pueden mover al USD. En datos duros, destaca el PCE core de mayo (viernes 27), la medida de inflación preferida de la Fed, donde se espera un leve repunte anual (hacia ~2,6%). Además, se publican órdenes de bienes duraderos (jueves 26) y la confianza del consumidor (CB) de junio (martes 24), indicadores que darán pistas sobre la fortaleza de la demanda interna al final del Q2.

🇪🇺 Euro (EUR)

  • Política monetaria: Orientación dovish gradual. El BCE finalizó su ciclo de subidas en primavera al llevar la tasa depo al ~3,75%, y recientemente ha adoptado un tono más acomodaticio. Con la inflación encaminada a la meta (se prevé que el IPC general de la eurozona promedie ~2,1% en 2025), la autoridad monetaria considera futuros recortes: los mercados descuentan que iniciaría una bajada de tipos a finales de 2025, en línea con una inflación por debajo del 2% y crecimiento débil. Por ahora el BCE mantiene los tipos en nivel restrictivo, pero con sesgo neutral/bajista –priorizando sostener la frágil economía sobre seguir endureciendo.
  • Política fiscal: Levemente expansiva. Tras años de consolidación, la política fiscal europea gira moderadamente hacia el estímulo para apuntalar el ciclo. La UE relajó temporalmente sus reglas fiscales, permitiendo a miembros como Alemania aumentar gasto en infraestructura y defensa (se estima su déficit 2025 en máximos desde la reunificación). Francia, Italia y España también mantienen presupuestos expansivos orientados a la transición energética y apoyo de rentas. Este impulso fiscal, aunque modesto, busca contrarrestar la atonía del sector privado. La contrapartida son déficits algo elevados, pero considerados manejables con las tasas de interés a la baja.
  • Condiciones macro: Estancamiento con inflación a la baja. La eurozona coquetea con la recesión técnica: el crecimiento es prácticamente nulo (+0,% trimestral) arrastrado por la debilidad industrial y del comercio exterior. Alemania se mantiene como el foco preocupante (industria manufacturera en contracción y confianza empresarial baja), mientras Francia y España muestran algo más de resiliencia en servicios. El consumo sigue lastrado por la inflación pasada y pérdida de poder adquisitivo, a pesar de cierto alivio salarial. En el frente de precios, el IPC general (~2-2,5%) ha descendido drásticamente desde máximos de 2022 y la inflación subyacente (~3%) también cede mes a mes a medida que se disipan los choques energéticos. El desempleo permanece estable en torno a mínimos históricos (~6,5% eurozona), aunque podría repuntar ligeramente si se materializa la esperada desaceleración post-verano. En síntesis, Europa se encuentra en un escenario de “quasi estancamiento”, con inflación ya domada pero a costa de una actividad muy débil.
  • Expectativa semanal: Bajista 📉. Se prevé que el euro se deprecie ligeramente frente al dólar y otras divisas refugio esta semana. La combinación de datos macro flojos y perspectivas de política monetaria más laxa juega en contra del EUR. Cualquier señal de enfriamiento adicional (por ejemplo, en PMIs o indicadores de confianza) refuerza la idea de que el BCE irá detrás de la Fed en el ciclo de recortes, reduciendo el atractivo relativo del euro. Además, los riesgos comerciales (aranceles de EE.UU. que afectan exportaciones europeas) y la incertidumbre energética siguen siendo vientos en contra. Por tanto, el sesgo para el EUR es ligeramente negativo.
  • Eventos clave (23-28 jun): La agenda europea traerá indicadores adelantados importantes. El lunes 23 se publican los PMIs de junio (🇩🇪🇫🇷🇪🇺), que mostrarán si persiste la “doble velocidad” vista en mayo –con manufactura en contracción y servicios más firmes– o si ambos sectores se enfrían más. El martes 24 llega el índice IFO alemán de clima de negocios, barómetro clave especialmente tras las recientes caídas en expectativas empresariales. Hacia el viernes 27 tendremos un primer vistazo a la inflación de junio: IPC preliminar en España y Francia, cuyos descensos (~1,5-2% interanual estimado) podrían anticipar otra moderación en la eurozona. Además, el viernes se publica el sentimiento económico de la Comisión Europea, que reflejará el ánimo agregado de empresas y consumidores en el bloque. Estos datos juntos delinearán las perspectivas del EUR, sensible a señales de debilidad que confirmen la necesidad de estímulos.

🇬🇧 Libra esterlina (GBP)

  • Política monetaria: Claramente restrictiva (hawkish). El Banco de Inglaterra continúa con una postura dura frente a la inflación. Tras llevar la tasa Bank Rate a ~5,00%, la más alta en 15 años, la BoE mantiene sesgo de más ajuste si fuese necesario dado que la inflación británica sigue por encima de la meta. Aunque el ritmo de subidas se moderó y podría estar en techo, el mensaje es que no habrá recortes en el corto plazo hasta ver una desinflación sostenida. La autoridad monetaria está especialmente preocupada por la inflación subyacente y salarial aún elevadas, por lo que su tono sigue siendo el más hawkish entre los bancos centrales grandes.
  • Política fiscal: Actualmente contractiva. El gobierno del Reino Unido ha implementado recientes subidas de impuestos y contención del gasto (ej.: aumento del impuesto de sociedades en abril 2025) para ayudar a enfriar la demanda interna y reconducir las finanzas públicas. Tras los estímulos pandémicos y la inestabilidad fiscal de 2022, ahora el Tesoro opta por disciplina: se busca reducir el déficit y la deuda, incluso si ello supone un lastre adicional al crecimiento. Esta austeridad relativa, junto con el endurecimiento monetario, configura una doble presión sobre la economía británica.
  • Condiciones macro: Estancamiento con alta inflación residual. La economía del Reino Unido prácticamente no crece –el PIB se mueve en torno a 0%–, afectado por la debilidad del consumo y la inversión. El elevado coste de vida ha erosionado la renta disponible real de los hogares durante dos años, moderando severamente el gasto. No obstante, el mercado laboral aún muestra fortaleza (desempleo ~4%, participación baja), lo que mantiene la presión al alza en los salarios nominales. La inflación general (~3,5-4%) ha caído desde los dos dígitos de 2022, pero permanece obstinadamente alta en comparación a otros países; la subyacente refleja servicios y salarios en ascenso, lo que evidencia un componente interno. Las exportaciones no logran compensar (Brexit sigue pesando en el comercio), de modo que la balanza exterior aporta poco al crecimiento. En resumen, el Reino Unido enfrenta un escenario de estanflación moderada: actividad estancada e inflación solo lentamente cediendo, señal de un ajuste difícil post-Brexit y post-pandemia.
  • Expectativa semanal: Neutra 📊. La libra podría moverse sin una dirección clara esta semana, consolidando niveles. Por un lado, el diferencial de tipos (BoE manteniendo tasas altas) brinda cierto soporte al GBP frente a divisas con bancos centrales dovish. Además, el reciente acuerdo comercial UK-EE.UU. (que elimina barreras arancelarias para algunos productos) y la relativa menor exposición directa a los aranceles globales podrían beneficiar marginalmente a Reino Unido, mejorando su balanza comercial. Sin embargo, estos apoyos se ven contrarrestados por las perspectivas económicas débiles y la aversión al riesgo global (la libra suele comportarse como divisa cíclica, sufriendo cuando hay tensiones). En suma, se anticipa rango lateral para GBP, salvo sorpresa significativa en datos o declaraciones del BoE.
  • Eventos clave (23-28 jun): El Reino Unido inicia la semana con los PMI de junio (lunes 23), que en mayo mostraron una resiliencia inesperada en servicios. Veremos si ese impulso se mantiene o si los sectores clave acusan el impacto de la subida de impuestos de abril. El jueves 26 no hay reunión del BoE, pero cualquier comentario de sus miembros será seguido de cerca dada la divergencia entre crecimiento e inflación. Ya el viernes 27 se publicará el PIB del 1º trimestre (lectura final) junto con la balanza por cuenta corriente; no se esperan revisiones importantes (el crecimiento trimestral preliminar fue +0,1%), pero confirmarán el cuadro de estancamiento. En ausencia de grandes catalizadores locales, la libra tomará dirección principalmente por flujos globales de riesgo y por contagio de datos de EEUU y Europa.

🇯🇵 Yen japonés (JPY)

  • Política monetaria: Aún ultra-expansiva, aunque virando gradualmente. El Banco de Japón se mantiene como dovish outlier global, con tipos de interés de corto plazo en -0,10% (aún en negativo) y control de la curva de rendimientos. No obstante, bajo el nuevo gobernador Ueda, el BoJ ha comenzado a retirar estímulos lentamente: flexibilizó su control de la TIR a 10 años (permitiendo que suba hacia ~1%) y ha insinuado que podría abandonar la tasa negativa si la inflación se consolida. Dado que la subyacente por fin superó el 2%, la postura monetaria es un poco menos acomodaticia que antes –un hawkish muy suave – pero en términos absolutos sigue siendo la política más laxa del G7. En resumen, el BoJ transita una normalización muy pausada, sin prisas por no descarrilar la frágil recuperación.
  • Política fiscal: Tradicionalmente expansiva. Japón continúa con gasto público elevado para apoyar la economía. El gobierno implementa programas de inversión en digitalización, defensa (objetivo de duplicar gasto militar en varios años) y estímulos al consumo (subsidios ante la inflación importada). Aunque la deuda pública supera el 250% del PIB, los bajos costes de financiamiento han permitido esta estrategia. En 2025 no es la excepción: el gabinete Kishida lanzó presupuestos con incremento en obras de infraestructura resiliente y ayudas a familias, confiando en que la mejora de ingresos fiscales (por inflación) ayudará a contener el déficit. La disciplina fiscal queda relegada por ahora en pro de asegurar crecimiento.
  • Condiciones macro: Recuperación moderada con inflación inédita. La economía japonesa ha superado la contracción pandémica, creciendo modestamente (~1% a/a). El motor externo se ha enfriado –exportaciones afectadas por la desaceleración china y global–, pero la demanda interna muestra ciertos brotes verdes gracias a la reapertura turística y al aumento de salarios en grandes empresas (acuerdos Shunto de 2025 con subidas salariales alrededor del 3%). Lo más destacable es la inflación: tras décadas de deflación, Japón registra ~3% IPC general y ~2% subyacente, impulsada por costes de importación (energía, alimentos) y yen más débil. Si bien parte proviene de factores externos (petróleo más caro, tipo de cambio), también hay indicios de inflación doméstica por mejora de consumo. El mercado laboral sigue muy ajustado (desempleo ~2,6%, falta de mano de obra por envejecimiento), lo que debería sustentar los salarios. En síntesis, Japón vive un contexto inusual de inflación moderada con crecimiento modesto; un equilibrio frágil donde cualquier shock de energía (negativo por ser importador neto) o cambio brusco en la política del BoJ podría desequilibrar la situación.
  • Expectativa semanal: Neutra 🔄. Se anticipa una semana sin grandes cambios para el yen, con posibles oscilaciones en rangos acotados. Por una parte, el JPY tiende a fortalecerse en episodios de aversión al riesgo global –y los actuales conflictos comerciales y geopolíticos podrían generar cierta demanda de activos seguros favoreciendo al yen. Además, el mercado especula con que el BoJ podría ajustar algo más su postura en próximos meses si la inflación no cede, lo cual da soporte estructural al yen tras años de debilidad. Sin embargo, estos factores se ven contrarrestados por el amplio diferencial de tipos de interés frente a EE.UU.: con la Fed en 4%+ y el BoJ en 0%, los flujos de carry trade siguen jugando contra el yen (incentivando a financiarse en JPY para invertir en dólares). Asimismo, el reciente encarecimiento del petróleo es un elemento negativo para Japón (aumenta la factura energética, pesa en la balanza comercial) y tiende a debilitar a su divisa. En balance, se espera que el JPY permanezca estable, con fuerzas opuestas equilibrándose en el corto plazo.
  • Eventos clave (23-28 jun): El lunes 23 se conocerá el PMI manufacturero de junio en Japón, que servirá de termómetro de su sector industrial exportador en medio de la debilidad regional. El miércoles 25 el BoJ publica el Resumen de Opiniones de su reunión de junio, que podría ofrecer pistas sobre el debate interno respecto a la salida de estímulos (los inversores buscarán señales de un giro más hawkish). A final de semana (viernes 27) saldrán datos de ventas minoristas y comenzos de viviendas de mayo, importantes para calibrar la fortaleza de la demanda doméstica japonesa. Ninguno de estos eventos por sí solo se espera que cambie dramáticamente la cotización del yen, pero contribuirán al cuadro general que maneje el BoJ sobre inflación y consumo.

🇨🇭 Franco suizo (CHF)

  • Política monetaria: Ligera postura restrictiva, tendiendo a neutral. El Banco Nacional Suizo (BNS) subió su tipo de interés de referencia hasta 1,75% durante 2022-2023 para frenar una inflación inusualmente alta en Suiza. Ahora, con la inflación de vuelta en rangos cómodos, el BNS ha pausado nuevos aumentos y adopta un enfoque de espera. Oficialmente mantiene un sesgo anti-inflacionario (listo para subir si hiciera falta), pero en la práctica su actitud es estable: es poco probable que suba más, y tampoco se plantea recortar pronto, prefiriendo monitorear la evolución europea. Importante: el BNS sigue dispuesto a intervenir en el mercado de divisas si el franco se apreciara excesivamente, reafirmando su política de “mano activa” sobre el CHF.
  • Política fiscal: Neutra y prudente. Suiza continúa con sus finanzas públicas saneadas. El gobierno federal y los cantones mantienen presupuestos equilibrados gracias a una sólida recaudación y control de gasto. No se han implementado grandes estímulos recientes ni tampoco recortes significativos –simplemente se retorna al rigor fiscal tradicional tras el paréntesis expansivo de la pandemia. Esta estabilidad fiscal inspira confianza y evita tensiones inflacionarias internas, permitiendo que la política monetaria sea la principal herramienta contracíclica.
  • Condiciones macro: Economía resiliente con inflación mínima. El crecimiento en Suiza ronda el ~1% anual, moderado pero evitando la contracción a pesar del difícil entorno europeo. La demanda interna (consumo privado e inversión) se mantiene relativamente firme, apoyada por bajo desempleo (~2,1%) y el carácter refugio del país que atrae flujos financieros. El sector exportador sufre por la debilidad europea y por un franco históricamente fuerte que encarece los bienes suizos, pero sectores de alto valor añadido (farmacéutico, lujo) resisten bien. En cuanto a precios, Suiza goza de inflación muy contenida (~1,5% a/a), habiendo revertido rápidamente el repunte de 2022. La fortaleza del CHF abarata importaciones y, junto con menores precios de la energía hasta hace poco, ha devuelto la inflación cerca del 1%, uno de los niveles más bajos del mundo. En síntesis, el franco suizo se apoya en fundamentos sólidos: economía estable, pleno empleo, cuentas públicas y externas robustas, e inflación prácticamente bajo control.
  • Expectativa semanal: Neutral/Alcista ⚖️💹. Se espera que el CHF se mantenga fuerte en su rango reciente, con sesgo a apreciarse ligeramente frente a euros y monedas cíclicas. En momentos de incertidumbre global creciente, los inversores tienden a buscar refugio en el franco, lo que podría continuar esta semana dada la lista de riesgos (geopolítica, comercio). Además, Suiza ofrece estabilidad macro y ya no tiene tipos negativos, aumentando el atractivo del CHF relativo. Dicho esto, el BNS podría verbalmente intentar frenar una apreciación excesiva si el EUR/CHF cae mucho, lo que limita el recorrido al alza. Por tanto, vemos al franco bien soportado, quizá ganando terreno marginalmente si predomina la aversión al riesgo.
  • Eventos clave (23-28 jun): No hay grandes referencias suizas en el calendario de esta semana, por lo que el CHF mirará al exterior. Cabe mencionar que el dato de IPC suizo de junio se publicará a inicios de la próxima semana, y se anticipa que siga alrededor del 1-1,5%. También el viernes 27 se conocen algunos indicadores europeos (p.ej. confianza económica, inflación Francia/España) que indirectamente influencian al franco vía el euro. En ausencia de noticias domésticas, el sentimiento global y los eventos del BCE y la Fed marcarán la pauta para el CHF.

🇦🇺 Dólar australiano (AUD)

  • Política monetaria: Claramente expansiva (dovish). El Banco de la Reserva de Australia (RBA) ha dado un giro hacia la relajación monetaria en 2025. Tras alcanzar un tipo máximo de 4,10%, el RBA efectuó su primer recorte en mayo (redujo a 3,85%) y señaló que más recortes están en camino en la segunda mitad del año. Esta nueva senda acomodaticia busca sostener la economía ante la caída de la inflación y un crecimiento bajo. La gobernadora Bullock ha indicado que la política será flexible para apoyar el empleo, sugiriendo incluso recortes más agresivos si las condiciones se debilitan abruptamente. En resumen, Australia pasa a un ciclo de bajada de tipos gradual, situándose entre los primeros en revertir el endurecimiento previo.
  • Política fiscal: Levemente expansiva, con matices prudentes. El gobierno laborista presentó un presupuesto 2025 que combina alivios al costo de vida (subsidios energéticos, ayudas a vivienda) con responsabilidad fiscal. Gracias al auge de los ingresos mineros, Australia logró un pequeño superávit en 2024 tras años, lo que brinda margen para un estímulo moderado sin incurrir en gran déficit. Se prioriza invertir en infraestructuras y transición verde, al tiempo que se ahorra parte de los ingresos extraordinarios por exportaciones. En suma, la política fiscal apoya marginalmente la actividad pero sin desbordes –un impulso modesto para complementar la acción del RBA.
  • Condiciones macro: Desaceleración progresiva con inflación en descenso. La economía australiana muestra signos claros de enfriamiento tras el boom post-COVID. El crecimiento anual (~1,5%) ha mermado por la caída de la demanda interna: el consumo de los hogares se resiente ante las elevadas tasas de hipotecas y la débil subida de salarios reales. El sector inmobiliario, crucial en Australia, se ha enfriado considerablemente debido al encarecimiento del crédito, frenando la construcción. Por el lado positivo, las exportaciones de materias primas (hierro, GNL, metales) se mantienen como sostén gracias a la demanda asiática, y el turismo internacional repunta tras la reapertura de fronteras. En precios, la inflación general (~4% a/a) ha bajado desde su pico (~7%) y la subyacente (~4,2%) también cede, aunque aún está algo por encima del objetivo RBA (2-3%). La expectativa es que caiga dentro del rango meta en 2025, lo que justifica los recortes de tipos. El desempleo australiano ha subido ligeramente desde mínimos (ahora ~4,0% tras haber tocado 3,5%), indicando un mercado laboral menos tenso. En conjunto, Australia transita un aterrizaje suave, con enfriamiento controlado de la economía y la inflación encaminada a normalizarse.
  • Expectativa semanal: Bajista 📉. Se proyecta que el AUD se debilite algo más esta semana frente al USD y divisas refugio. Los factores fundamentales pesan: la postura ultradovish del RBA (perspectiva de más recortes) reduce el atractivo de rendimientos en AUD. A la vez, el clima de riesgo global (trade war, volatilidad en bolsas) tiende a penalizar al aussie, considerado moneda ligada al ciclo y a las materias primas. Aunque los altos precios de algunos commodities podrían brindar soporte (Australia se beneficia de minerales caros), el efecto neto del encarecimiento del petróleo es negativo para sus términos de intercambio (Australia es importador de crudo). En suma, vemos probable una presión a la baja en el AUD, salvo que los datos chinos sorprendan positivamente mejorando el sentimiento.
  • Eventos clave (23-28 jun): Australia arranca la semana con el PMI manufacturero/servicios (junio) el lunes 23, que reflejará la confianza empresarial tras los primeros recortes del RBA. Pero el dato más importante será el IPC mensual de mayo (miércoles 25): se espera confirme la senda descendente de la inflación (el mes previo fue 6,8%→6,4% anual la medida titular). Un dato suave podría reforzar apuestas de recorte RBA en julio, pesando sobre el AUD. Por lo demás, el aussie estará atento a las noticias de China (su mayor socio comercial): el viernes 27 China reporta beneficios industriales de mayo y cualquier señal de estímulo económico chino sería recibida por el AUD. En general, la divisa australiana seguirá de cerca la aversión al riesgo global y la evolución de las commodities durante la semana.

🇳🇿 Dólar neozelandés (NZD)

  • Política monetaria: Marcadamente expansiva (dovish). El Banco de la Reserva de Nueva Zelanda (RBNZ) se encuentra en un agresivo ciclo de recortes de tasas desde finales de 2024 para combatir la desaceleración. En su reunión del 28 de mayo recortó la tasa oficial al 3,25% (sexto recorte consecutivo) y señaló una senda de alivio más profunda de lo previsto inicialmente. Esta postura ultra acomodaticia se debe a que la inflación está ya dentro de la meta (2,5% anual) y los riesgos para el crecimiento han aumentado considerablemente –incluyendo el golpe de la guerra arancelaria de Trump al sector exportador kiwi. El RBNZ proyecta la tasa bajando hacia ~2,9% a finales de 2025. Su mensaje es claro: apoyo total a la economía, incluso a costa de tolerar un NZD más débil, hasta asegurar que la inflación se mantenga controlada en el medio plazo.
  • Política fiscal: Actualmente contractiva. Tras las elecciones de 2024, el nuevo gobierno de Nueva Zelanda (de corte conservador) ha priorizado la consolidación fiscal: implementa recortes en partidas de gasto y busca reducir el déficit que se disparó durante la pandemia. Esto ha significado una política fiscal restrictiva en 2025 –menos inversión pública y subsidios– para aliviar presiones inflacionarias y restaurar buffers. Si bien este rigor fiscal refuerza la estabilidad a largo plazo, a corto plazo añade un freno más a una economía ya débil, dejando la carga del estímulo en manos de la política monetaria.
  • Condiciones macro: Frágiles; salida reciente de recesión. Nueva Zelanda atravesó una recesión técnica en 2024, con contracción del PIB en la segunda mitad del año debido al hundimiento del mercado inmobiliario local y al impacto de tipos altos (la RBNZ había subido el OCR hasta 5,5%, uno de los más restrictivos). Para 2025, la economía muestra señales mixtas: el Q1 tuvo un ligero repunte gracias a exportaciones lácteas mayores y la reapertura del turismo chino, pero los indicadores internos siguen débiles. El consumo permanece apagado, el crédito privado se contrae y la confianza empresarial está en niveles pesimistas. El desempleo ha subido a ~5% desde mínimos (3,3%), reflejando menores ofertas laborales en construcción y comercio minorista. El lado positivo es la inflación: tras alcanzar 7% en 2022, ha retrocedido al 2,5% actualmente, justo en el centro del rango objetivo 1-3%. Esto quita presión al RBNZ y le permite reactivar el crecimiento mediante estímulos. En resumen, Nueva Zelanda enfrenta un panorama de crecimiento anémico, intentando reanimarse tras la recesión, con la ventaja de que la estabilidad de precios ya se logró.
  • Expectativa semanal: Bajista 📉. El NZD probablemente proseguirá débil esta semana. Dos factores dominan: primero, la postura hiperdovish del RBNZ –que ha recortado más que nadie en el G10– reduce las rentabilidades en NZD, desincentivando flujos de inversión hacia la moneda. Segundo, la coyuntura internacional adversa (aranceles de EE.UU. reduciendo demanda global de productos agro de NZ, y apetito de riesgo bajo) pesa sobre esta divisa fuertemente cíclica. Ni siquiera la mejora en los precios lácteos o de la lana (exportaciones clave) lograría compensar en el corto plazo la salida de capitales hacia activos más seguros. Por tanto, se anticipa que el kiwi dólar siga con tono débil, posiblemente tocando nuevos mínimos plurianuales frente al USD salvo que un cambio en el sentimiento de mercado ocurra.
  • Eventos clave (23-28 jun): Pocos datos de primer nivel en Nueva Zelanda esta semana. El miércoles 25 se publicará la balanza comercial de mayo, donde se espera continúe el déficit debido a exportaciones lánguidas (especialmente a Asia) y altas importaciones de energía. Cualquier deterioro adicional podría confirmar la debilidad externa. No hay reunión del RBNZ hasta agosto, pero los operadores estarán atentos a las cifras de confianza empresarial ANZ (que suelen difundirse a fin de mes) buscando pistas de si los ánimos empiezan a mejorar con los recortes de tasas. En esencia, el NZD se moverá al compás de la tendencia general del USD y de las noticias sobre el pulso comercial global, más que por catalizadores internos.

🇨🇦 Dólar canadiense (CAD)

  • Política monetaria: Sesgo expansivo moderado. El Banco de Canadá (BoC) revirtió curso a partir de finales de 2024, pasando de tener la tasa en 5,0% a recortarla agresivamente 225 pb hasta el 2,75% actual. A inicios de junio decidió pausar para evaluar, pero su comunicado siguió siendo dovish: dejó claro que está dispuesto a bajar más si las condiciones lo exigen. De hecho, su escenario base contempla dos recortes adicionales este año para llevar la tasa al ~2,25%. El BoC enfrenta un delicado balance entre la incertidumbre por los aranceles de EE.UU. (que frenan la economía) y una inflación núcleo todavía algo encima del 2%. Por ahora, la balanza se inclina a apoyar el crecimiento: la política monetaria canadiense entra en la segunda mitad de 2025 con un claro viés expansivo, aunque quizá a un ritmo más mesurado que el RBNZ.
  • Política fiscal: Expansiva en términos generales. El gobierno de Canadá continúa con presupuestos deficitarios orientados a promover el crecimiento inclusivo. El plan fiscal 2025 de la administración Trudeau aumentó inversiones en sanidad, transición verde y apoyo a familias (guarderías más asequibles, subsidios vivienda) financiadas en parte con deuda. Si bien el gobierno ha prometido cierto ajuste a medio plazo, en el corto plazo la política fiscal sigue siendo estimulativa, con un déficit previsto ~2% del PIB. Esta postura contracíclica busca compensar la desaceleración económica, aunque Canadá debe vigilar su deuda pública creciente y la sostenibilidad a largo plazo de tan amplios gastos.
  • Condiciones macro: Resiliencia inicial, ahora enfriándose. La economía canadiense inició 2025 sorprendentemente fuerte –el PIB del 1º trimestre creció +0,5% t/t (2% anualizado), impulsado por exportaciones anticipadas y gasto pre-aranceles. Sin embargo, ese impulso se desvanece: se anticipa una contracción en el Q2 y Q3, técnicamente una leve recesión, a medida que los aranceles estadounidenses hacen mella en las manufacturas y la inversión se frena. Muchas empresas canadienses adelantaron pedidos en Q1 para evitar tarifas, por lo que ven ahora un vacío de demanda. El consumo interno muestra fatiga por la inflación pasada y el endeudamiento elevado de los hogares (principalmente hipotecario). En el mercado laboral, el desempleo ha subido a ~5,5% desde 5,0% a inicios de año, reflejando despidos en sectores sensibles a exportaciones (manufactura metalúrgica, maquinaria). Inflación: Canadá logró bajar el IPC general a ~1,7% en abril gracias a la caída de precios energéticos y a la exención temporal del impuesto al carbono. La subyacente sigue algo más alta (~2,5%) pero en declive. Los aranceles de EE.UU. podrían ejercer cierta presión alcista puntual en precios de algunos bienes (ej. metales), aunque por ahora el efecto inflacionario ha sido contenido. En resumen, la economía canadiense atraviesa un punto de inflexión: tras sorprender al alza a inicios de año, ahora encadena trimestres débiles; la inflación por su parte está prácticamente dominada, proporcionando alivio a consumidores y luz verde al BoC para recortes.
  • Expectativa semanal: Neutral 🤝. Se prevé un comportamiento estable del dólar canadiense, sin tendencia marcada en los próximos días. El CAD tiene fuerzas contrapuestas: por un lado, se ve respaldado por el fuerte repunte del crudo (Canadá es exportador neto de petróleo, y precios más altos mejoran sus términos de intercambio y la entrada de divisas) –esto tiende a fortalecer al loonie. Asimismo, parte del impacto negativo de los aranceles de EE.UU. se mitiga gracias al USMCA, ya que muchos exportadores canadienses pueden seguir vendiendo libre de arancel si cumplen reglas de origen. Sin embargo, contrarrestando esos apoyos, está la política monetaria ultra laxa del BoC y la perspectiva de recesión doméstica, que restan atractivo al CAD frente a monedas con bancos centrales más hawkish. Además, la cercanía económica a EE.UU. hace que el CAD sufra si el dólar se fortalece ampliamente. Con todo, estimamos que el CAD se mantendrá en equilibrio aproximadamente, quizá ligeramente más fuerte contra divisas (AUD, NZD) gracias al petróleo, pero plano o algo más débil contra USD.
  • Eventos clave (23-28 jun): La referencia más importante fue el IPC de mayo (martes 24): se esperaba un ligero repunte desde abril (1,7%) hacia ~2,0% anual, señalando que la inflación pudo tocar fondo. Un dato en línea mantendría al BoC cómodo; uno más alto (sorpresa alcista) podría enfriar expectativas de recortes inmediatos. En cuanto a crecimiento, no habrá dato de PIB mensual esta semana (el de abril se publica el 30), pero sí tendremos la encuesta de confianza manufacturera de junio por parte de CFIB, que captará el humor de las pymes en pleno contexto arancelario. También el mercado estará atento a cualquier titular sobre negociaciones comerciales Canadá-EE.UU., dado que Ottawa gestiona exenciones sectoriales para mitigar el golpe de los aranceles (p.ej. en automóviles). En general, el CAD seguirá de cerca las oscilaciones del precio del petróleo y la dinámica del USD esta semana.

🇨🇳 Yuan chino (CNY)

  • Política monetaria: Tendencia expansiva (acomodaticia). El Banco Popular de China (PBoC) viene relajando gradualmente la política para apuntalar la economía ante un entorno desafiante. Ha recortado tipos clave –por ejemplo, redujo la tasa preferencial de préstamos (LPR) a 1 año en junio– y recortó requisitos de reservas bancarias para incentivar el crédito. Con la inflación prácticamente inexistente en China, el PBoC tiene margen para seguir recortando tasas o inyectando liquidez si es necesario. La prioridad es estimular el crecimiento interno para contrarrestar la debilidad exportadora, manteniendo al mismo tiempo la estabilidad del yuan. Se espera por tanto una política monetaria suave, con posibles nuevos recortes de la LPR y medidas de apoyo al crédito a pymes e inmobiliarias en lo que resta del año.
  • Política fiscal: Fuertemente expansiva. China acelera el gasto fiscal en 2025 mediante proyectos de infraestructura y alivios impositivos. Pekín ha ordenado a gobiernos locales emitir más bonos especiales para financiar obras públicas (ferrocarriles, energía verde, 5G) y también implementó incentivos al consumo (subsidios para autos eléctricos, electrodomésticos). El objetivo oficial de crecimiento (~5%) impulsa esta postura fiscal proactiva, incluso a costa de elevar la deuda provincial. Asimismo, se incrementa la inversión en defensa y tecnología nacional ante la creciente rivalidad geopolítica. En resumen, la política fiscal china está en modo estímulo pleno, buscando asegurar la demanda doméstica y cumplir metas, sirviendo de contrapeso al sector privado más débil.
  • Condiciones macro: Crecimiento moderado con inflación muy baja. La economía china se encuentra en una senda de recuperación desigual tras las restricciones COVID. En la primera mitad de 2025 creció en torno al 5% interanual, pero con claros altibajos: el consumo interno mejoró (ventas minoristas al alza particularmente en servicios, turismo y ocio tras la reapertura), mientras que la industria y exportaciones sufren. La guerra comercial de EE.UU. impacta directamente las exportaciones chinas de manufacturas, reduciendo pedidos externas –lo cual se ha visto agravado por la debilidad de la demanda global. Internamente, el maltrecho sector inmobiliario sigue lastrando la inversión: varias promotoras continúan en problemas de liquidez, y la confianza en el mercado de viviendas no se recupera del todo, limitando la construcción. En cuanto a precios, China enfrenta casi deflación: la inflación general ronda apenas el 0-1%, con meses recientes de variaciones negativas en IPC por exceso de capacidad y caída de precios de cerdo. La inflación subyacente también es muy baja (~0,6%), reflejando la débil demanda. Este panorama de precios estables o a la baja es justamente lo que permite la actual relajación monetaria. El empleo urbano oficial se mantiene estable (~5,2% de desempleo registrado), aunque hay señales de estrés en colectivos jóvenes (desempleo juvenil >20%) debido a la menor actividad inmobiliaria y tecnológica. En síntesis, China transita un momento de crecimiento modesto, impulsado principalmente por el consumo reabierto y la obra pública, mientras combate vientos en contra en exportaciones y un riesgo deflacionario.
  • Expectativa semanal: Bajista 📉. Se prevé cierta presión depreciatoria sobre el yuan esta semana. La intensificación de las disputas comerciales con EE.UU. y la perspectiva de más estímulos monetarios chinos son factores que típicamente debilitan al CNY. El PBoC parece tolerar un yuan más flojo (siempre que la depreciación sea gradual y controlada) para ayudar a la competitividad de exportación en este entorno difícil. De hecho, el USD/CNY ha estado en tendencia ascendente recientemente, reflejando tanto la fortaleza global del dólar como las expectativas de recortes en China. Además, si el sentimiento global sigue volcado hacia activos seguros, es probable que algunos capitales salgan de mercados emergentes, presionando adicionalmente al yuan. Por todo ello, esperamos un yuan más débil, aunque acotado por posibles intervenciones oficiales si los movimientos son excesivos.
  • Eventos clave (23-28 jun): En China continental, la semana es relativamente ligera en datos. El viernes 27 se publican los beneficios industriales de mayo, que mostrarán la rentabilidad de las empresas manufactureras chinas (-20,6% acumulado a abril); otro mes de caídas fuertes sugeriría persistencia de las dificultades industriales. Más relevante será observar si el gobierno anuncia medidas de estímulo adicionales: hay rumores de un posible paquete de apoyo al sector inmobiliario y estímulo al consumo que podrían darse a conocer en cualquier momento. Asimismo, hacia el fin de semana se espera el índice PMI manufacturero oficial de junio (se filtra el 30) –una mejora por encima de 50 daría algo de respiro al CNY, mientras que otra lectura contractiva reforzaría el caso bajista. En resumen, el yuan reaccionará más a noticias de política (aranceles, estímulos) que a datos puntuales, manteniendo un ojo puesto en las negociaciones diplomáticas con EE.UU. durante esta semana.

Calendario Macroeconómico Visual – Semana 23 al 28 de junio 📅

Lunes 23/6:

  • 🇦🇺 🇯🇵 🇪🇺 🇬🇧 🇺🇸 📊 PMI manufacturero & servicios (junio) – Se publican las encuestas adelantadas de actividad empresarial en Australia, Japón, Eurozona (y Alemania/Francia), Reino Unido y EE.UU., ofreciendo una lectura temprana del impulso económico global en junio (🔎 clave para detectar cambios de tendencia).
  • 🇺🇸 🏘️ Ventas de viviendas usadas (mayo) – Indicador del mercado inmobiliario estadounidense, se espera estable tras caídas previas, reflejando el efecto de las altas hipotecas en la reventa de vivienda.

Martes 24/6:

  • 🇺🇸 🎙️ Testimonio de Jerome Powell (Día 1) – El presidente de la Fed comparece ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes. Su discurso y sesión de preguntas serán analizados al detalle en busca de pistas sobre futuras decisiones de tipos y valoración de riesgos (inflación vs. crecimiento).
  • 🇩🇪 📊 Índice Ifo (junio) – Clima de negocios en Alemania, importante para el EUR. Se prevé un ligero descenso, señalando que la confianza empresarial alemana sigue tocada por debilidad industrial y incertidumbre comercial.
  • 🇨🇦 📈 Inflación IPC (mayo) – Dato de precios al consumidor de Canadá. Una lectura cercana al 2% anual confirmaría la desaceleración inflacionaria, permitiendo al BoC mantener su sesgo dovish.
  • 🇺🇸 📊 Confianza del Consumidor (junio) – Índice del Conference Board. El consenso apunta a un leve deterioro en la confianza de los hogares estadounidenses, posiblemente por las tensiones económicas recientes.

Miércoles 25/6:

  • 🇺🇸 🎙️ Testimonio de Jerome Powell (Día 2) – Segunda jornada, ante el Comité Bancario del Senado. Suele ser repetición del mensaje principal, pero las preguntas de senadores podrían arrancar matices interesantes sobre inflación, empleo o regulación financiera.
  • 🇦🇺 📊 IPC mensual (mayo) – Indicador de inflación australiana. Se espera continúe la moderación de precios (el RBA observa este dato de cerca); un descenso sorpresa reforzaría la necesidad de más recortes de tasa.
  • 🇯🇵 📋 BoJ “Summary of Opinions” – Resumen de opiniones de la reunión de política monetaria de junio del Banco de Japón. Podría revelar el grado de debate interno sobre ajustar la política ultralaxa.
  • 🇺🇸 🏠 Ventas de viviendas nuevas (mayo) – Termómetro del mercado inmobiliario estadounidense en el segmento de vivienda nueva, sensible a la subida de tipos.

Jueves 26/6:

  • 🇩🇪 📊 Confianza del consumidor GfK (julio) – Encuesta que mide la moral de los hogares alemanes para el mes próximo. Se anticipan niveles bajos, reflejando preocupación por inflación y empleo.
  • 🇺🇸 📈 PIB 1º trim. (lectura final) – Última estimación del crecimiento de EE.UU. en Q1. Se espera confirme ~2% anualizado; poca reacción a menos que haya una revisión significativa.
  • 🇺🇸 📊 Pedidos de bienes duraderos (mayo) – Indicador de la inversión empresarial en bienes de capital. El mercado espera una ligera caída tras un fuerte abril, en parte por menor demanda aeronáutica; dato relevante para el USD.
  • 🇲🇽 🏦 Decisión de tasa Banxico – (No directamente en divisas G10, pero notable regional) El Banco de México podría recortar su tasa (actual 11.25%) por primera vez, dada la baja inflación reciente en México.

 

 

 

 

 

Viernes 27/6:

  • 🇯🇵 🛍️ Ventas minoristas (mayo) – Indicador del gasto de los hogares japoneses. Se estima crecimiento moderado ~5% a/a, apuntalado por el turismo y aumentos salariales.
  • 🇨🇳 🏭 Beneficios industriales (mayo) – Muestra la variación de ganancias de empresas manufactureras chinas. Probablemente sigan en terreno negativo anual, reflejando costos altos y exportaciones débiles.
  • 🇬🇧 💹 PIB 1º trim. (final) – Actualización del crecimiento británico en Q1 (previo 0.1% t/t). No se esperan sorpresas; confirmaría estancamiento. Se publica junto a la balanza de pagos (déficit en cuenta corriente persistente en UK).
  • 🇫🇷🇪🇸 📊 IPC preliminar (junio) – Inflación adelantada en Francia y España. Se proyectan descensos significativos (Francia ~4.1%→3.8%, España ~3.2%→2.7% aprox.), anticipando menores presiones de precios en la eurozona. Datos clave para las expectativas sobre el BCE.
  • 🇺🇸 💲 Gasto e Inflación PCE (mayo) – Dato estrella: se publica el PCE con su componente subyacente, medida clave de inflación para la Fed. El mercado espera un ligero repunte en la tasa anual (core PCE de 4.7%→4.8% trim.*, equivalente ~2.6% a/a), confirmando que la desinflación avanza lentamente. Junto a ello, ingresos y gastos personales de mayo indicarán la salud del consumidor estadounidense.
  • 🇺🇸 🎓 Confianza del consumidor U. Michigan (junio, final) – Revisión del índice de sentimiento, incluyendo expectativas de inflación a 5-10 años. Útil para corroborar si la confianza se deterioró o mejoró a final de mes tras los eventos de junio.

(Nota: tasas PCE en EE.UU. suelen citarse en términos trimestrales anualizados; aquí se menciona el equivalente aproximado interanual para claridad)

Resumen Visual Escrito (Infografía textual) 📊💡

  • 🇺🇸 USD – Alcista 📈💵: El dólar se fortalece apoyado por la Fed firme y su condición de refugio ante las tensiones globales.
  • 🇪🇺 EUR – Bajista 📉💶: El euro cede terreno; flojos datos europeos y un BCE dovish pesan sobre la moneda única.
  • 🇬🇧 GBP – Neutro 🔄💷: La libra se mantiene estable, equilibrando su alta inflación (BoE hawkish) con un entorno de riesgo que limita ganancias.
  • 🇯🇵 JPY – Neutro 🔄💴: El yen oscila sin rumbo claro; seguro en riesgos globales pero lastrado por rendimientos locales bajos y encarecimiento del petróleo.
  • 🇨🇭 CHF – Ligeramente Alcista 📈🇨🇭: El franco, activo refugio, tiende a apreciarse sutilmente en este clima incierto, respaldado por la estabilidad suiza.
  • 🇦🇺 AUD – Bajista 📉🇦🇺: El aussie se debilita con un RBA recortando tasas y la aversión al riesgo global golpeando las divisas cíclicas.
  • 🇳🇿 NZD – Bajista 📉🇳🇿: El kiwi en mínimos; el agresivo estímulo del RBNZ y la desaceleración económica interna merman su atractivo.
  • 🇨🇦 CAD – Neutro 🤝🇨🇦: El loonie equilibrado; el impulso del petróleo contrarresta la suavidad del BoC, manteniendo al CAD alrededor de niveles actuales.
  • 🇨🇳 CNY – Bajista 📉🇨🇳: El yuan pierde valor gradualmente, lastrado por estímulos del PBoC y tensiones comerciales, aunque contenidos por la intervención estatal.